Adolfo de Suecia, Jack Daniel's y Jean-Baptiste lully. Que tienen en Común.
Adolfo de Suecia.
Adolfo Federico de Suecia, (1700- 1771). Bien podría ser la explicación al popular refrán, “De grandes cenas están las tumbas llenas”, Pues falleció, precisamente, por problemas digestivos causados por una copiosa y abundante ingesta, vamos, que se dio un buen homenaje, el hombre.Y si no, échale un ojo al menú: langosta, caviar, Col arenques ahumados, sopa de repollo, ciervo ahumado y, como postre, su capricho favorito, el semla un pastel típico sueco elaborado con harina, relleno de crema y espolvoreado con canela, muy similar a la bamba española . Poco ligero, pero todavía falta poco contento con lo que ya había comido, el monarca sueco no se conformó con comerse solo un semla, ni dos ni tres, sino que engulló hasta 14 pastelitos punto motivo más que suficiente para que el soberano haya pasado a la historia como el rey qué comió hasta morir punto por algo será que la gula( de la que pudo ser presa Adolfo Federico) está considerada uno de los siete pecados capitales, así como la lujuria, la avaricia, la pereza, la envidia, la soberbia y la ira.
Los pies son peligrosos.
Jack Daniel's (sí ese célebre y conocido creador del whisky tan característico por su botella rectangular y su etiqueta negra con las letras en blanco)Estando allí por el año 1900 siendo ya un magnate del negocio de las destilerías, acudió temprano por la mañana a su oficina para, entre otros asuntos, retirar una cantidad de dinero de su caja fuerte. Sin embargo, Daniel no era capaz de recordar la combinación, algo que, al parecer, ocurría con suma frecuencia. La ira debió de apoderarse del empresario, pues comenzó a dar patadas a la caja y, lejos de lograr abrirla, le provocó una fuerte infección en el dedo gordo del pie pateador que derivó en una infección general que, día después, le produjo la muerte.
Algo parecido le sucedió al compositor italiano Jean-Baptiste lully en 1687.Lully coordinaba a sus músicos ayudado por un bastón de hierro con el que golpeaba el suelo para mantener el compás de la partitura. La mala suerte( por la torpeza) quiso que en uno de esos golpes, Lully perdiera la puntería y el recio bastón chocara contra su pie en lugar de contra el suelo. La herida que le causó dio lugar a una gangrena que le costaría la vida, cuando estaba a punto de cumplir 55 años.
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