VAMPIROS EMOCIONALES 1
VAMPIROS EMOCIONALES
Las personas pueden ser tóxicas o no dependiendo de su manera de ser, de la percepción que tienen del entorno y de su capacidad para controlar sus impulsos y emociones, sobre todo aquellas asociadas a la ira, la rabia, la envidia y los celos. Existen diferentes tipos de personas tóxicas dependiendo de la personalidad, la intención, el objetivo y el grado de perversión que puedan tener. Hay personas tóxicas que se pueden considerar vampiros emocionales al manipular y despojar a sus víctimas de su capacidad para pensar, sentir y actuar
con claridad y criterio. Quizás algunos vampiros emocionales se centran más en juzgar y culpar sin piedad, y otros en consumir la energía hasta dejar a su víctima seca y vacía.
Los hay que tienen como objetivo destruir la autoestima, crear dudas y empequeñecer a los demás para sentirse superiores, y otras que utilizan el miedo para atemorizar y paralizar con el fin de convertirse en poderosos dictadores emocionales. Están los vampiros emocionales que por celos o envidia manipulan estratégicamente hasta límites insospechados con tal de despojar al otro de sus recursos, criterio y estabilidad emocional. Estos últimos a menudo se caracterizan por ser psicópatas y en ocasiones incluso sádicos, al relacionarse con los demás de manera perversa y sibilina. Independientemente de la cercanía familiar, los tóxicos psicópatas y sádicos harán todo lo posible por minar el bienestar de sus víctimas; su objetivo es destruir, destrozar y desmoronar. Disfrutan y se regocijan potenciando las debilidades de los demás, alimentan sigilosamente la inseguridad y menosprecian con facilidad. También tienen una gran capacidad para reprochar y echar en cara. Exigen explicaciones sin cesar y demandan una” confesión” o unas disculpas resignadas. Este tipo de tóxicos necesitan tener culpables para que sus emociones de frustración, rabia o irá tengan sentido.
El Conde Drácula |
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