La propina.¿Por qué?
La propina. 9+¿¿??-¡!
El ejemplo sobre la propina más extendido en España podría ser el ir “de tapas”.
Una vez superada la fase más complicada, la de elegir bar,Viene el momento de pedir consumición. Todo va bien. Otra ronda, tal vez alguna ración. Antes de marcharnos, el camarero nos trae la cuenta que le hemos pedido- normalmente con un gesto como si firmaramos en el aire-. Pagamos y, al rato, nos traen a la vuelta. Y ahora llega el momento en el que decidimos cuánta propina dejarle al mozo; tendremos en cuenta varios factores: su amabilidad, la calidad de lo que hemos tomado, cuantas consumiciones hemos pedido, cuánto dinero nos ha devuelto y, muy especialmente, en qué tipo de monedas lo ha hecho. Si no lo tenemos muy claro, echamos cuentas: <Un 10% de la factura está bien>, pensamos. Y dejamos el local con la conciencia tranquila.
Ahora bien, ¿qué pasaría si no declaramos propina? probablemente, estaría mal visto por muchos, y no solo hablo de los empleados del bar, sino también por el resto de clientes o, incluso, por nuestros propios compañeros de reunión y es que en España, como en otros países occidentales, dejar propina es una costumbre muy profundamente arraigada que casi roza la categoría de obligación. Sin embargo, en todos los lugares es así.
detallar una situación idéntica pero, esta vez, Japón. Desde el comienzo, todo transcurre del mismo modo( bueno, está claro que en lugar de patatas bravas, calamares, oreja o tortilla, pediremos sushi o alguna cosa parecida). La cuestión varía cuando, tras pagar la cuenta, pretende dejar una gratificación por los servicios: le será totalmente rechazada. Incluso puede llegar a resultar una ofensa para los trabajadores y considerar que usted es una persona maleducada.
La explicación consiste en que él significado de la propina en el país nipón dista mucho del español.Aquí, ese extra que dejamos al camarero es una muestra de gratitud por su trato amable o por la calidad de las consumiciones, mientras que en Japón es visto como un símbolo de superioridad el cliente sobre los empleados, algo así como un acto de caridad. En el país del sol naciente consideran que tanto el buen trato del mozo como el bien hacer de la cocina ya está pagado en la factura y que, por tanto, no es necesario volver a pagarlo.
Increíble,¿Verdad?
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