La Religión del Cuerpo.

La ley-religión del cuerpo.

Cuando definimos las características narcisistas de la cultura posmoderna nos referimos también al culto del cuerpo la figura humana ha sido promocionada por el consumo y ha llegado a ocupar un elevado lugar en la jerarquía de valores del mundo occidental. El prototipo de cuerpo que hoy se propone  queda subordinado a unos peatones concretos. Debe ser alto, Delgado y de apariencia juvenil; que sepa moverse con dinamismo, elegancia y deportividad; que resulte físicamente atractivo o sea” sexy”. Es decir, todas las características de un auténtico maniquí, como esos que anuncian productos lácteos sobre la soleada cubierta de un impresionante crucero de placer.

Pero este culto al cuerpo esbelto,” light” y estilizado, que tan rápidamente se ha difundido, sobre todo en Occidente, no obedece sólo  a criterios estéticos o de  salud. Existen también motivos que tienen que ver con el cambio en las creencias religiosas durante la posmodernidad. Detrás de la actual sacralización corporal se esconden determinadas concepciones antropológicas.

Es cierto que, en casi todas las culturas, los cuerpos siempre se han cuidado y acicalado. Pero cuando los seres humanos creían en una vida después de la muerte la preocupación por la dimensión física de las personas ocupaba lógicamente un papel secundario. Sin embargo, en la actualidad, surgen todo tipo de rituales para cuidar el cuerpo coma o para

disfrutarlo, porque este se ha convertido en el valor primordial del hombre.

La dietética racionaliza el acto de comer mediante el consumo de productos bajos en calorías. Proliferan dietas, bebidas y alimentos ligeros cuya finalidad es adelgazar los cuerpos y hacerles guardar la línea punto los comestibles naturales imponen por aquello de que el hombre es lo que come. Pero esta exaltación del enflaquecimiento crea también sus disfunciones. La  anorexia nerviosa, propia sobre todo de las adolescentes y jóvenes, hace irrupción como mal paradójico que pone en evidencia la otra cara menos estética del culto al cuerpo en la sociedad de la abundancia y el bienestar .

Conviene también hablar de ciertos rituales que se utilizan para el cuidado externo del cuerpo el maquillaje como símbolo distintivo de la sexualidad femenina, a lo largo de la historia, es quizás el rito  por excelencia del culto a la belleza física y al apariencia corporal. El embrujo especial que una mujer maquillada ejerce sobre el varón se debe fundamentalmente al realce cromático de las zonas más sensuales y al encubrimiento del paso de los años. Por su parte el hombre debe perfumarse, recortarse bien el cabello, afeitarse, tonificarse el cuerpo concretamente el rostro cómo conseguir una piel morena y rociar su cuerpo con abundante desodorante las canas se  oculta mediante pinturas especiales y la caída del cabello puede ser tratada con soluciones revitalizantes. Si esto último no  resultado quedan los implantes por los encubridores peluquines.

La plenitud del maquillaje es la cirugía estética. Cuándo los productos cosméticos se muestran insuficientes para disimular los defectos se recurre al bisturí ya la silicona. Aquella forma de nariz, de los labios, de las mejillas o de los senos que genera inseguridad oa completa puede  modificarse milagrosamente por medio de estiramientos, cortes y empalmes. Casi todo tiene arreglo con esta nueva alquimia mágica que todo lo que toca queda transformado en belleza corporal.

¿Cuál es el sentido de tanta mortificación?

Probablemente que los preceptos de la moda  publicitaria inducen y promueven esta nueva disciplina del cuerpo coma pero lo que de verdad motiva a las personas, en lo más profundo de sus conciencias, es el ansia de intervenir en las fuentes ideales de la Juventud, la belleza y la vida con el deseo de prolongarla.