“Churras y Merinas” el dicho correcto.
‘No hay que mezclar churras con merinas’ es, posiblemente, uno de los dichos castellanos más famosos y que más combinaciones erróneas tiene a la hora de decirlo. La forma incorrecta por antonomasia confunde ambos términos y degenera en un «no mezcles los churros con las meninas».
Pero ni son churros ni son meninas los protagonistas de la expresión. Realmente a quienes se refiere el dicho es a dos tipos diferentes de ovejas: las churras y las merinas.
Las churras son unas ovejas que proporcionan una exquisita carne y una rica leche. Por su parte, las merinas son famosas por la lana blanquecina y densa que dan.
Así que, como dice el dicho, lo mejor será no mezclar nada y seguir disfrutando de ambas por separado.
MENINAS.-En absoluto nada que ver con el tema de alusión.
Amapola🚧🚧
En realidad, lo que ha llevado a la confusión a muchas personas, para relacionar a las amapolas con la extracción de opio, es su gran parecido con otra planta muy similar llamada comúnmente adormidera[papaver somniferum] cuyas hojas o pétalos son blancas, rosáceas o violeta claro, pero no de color rojo.
De la adormidera sí que se extrae el opio debido a que posee un gran número de alcaloides como la morfina, la papaverina o la codeína y su toxicidad desaconseja el consumo continuado.
Respecto a la amapola, lo que sí es cierto es que puede resultar ligeramente venenosa si es ingerida por animales herbívoros, pero cocinada o infusionada pierde su toxicidad. Los alcaloides contenidos en la flor tienen propiedades sedantes, por lo que es utilizada por algunas personas para realizar infusiones, que se recomiendan en casos de insomnio, ansiedad, depresión, nerviosismo… Otras de sus propiedades son sus efectos expectorantes y su uso para combatir la tos.
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