"No sabe de la Misa a la Media",Procedencia.

¿De dónde viene la expresión ‘no saber de la misa la media?




https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/51/Claustre_del_monestir_de_la_Trinitat%2C_Val%C3%A8ncia.JPGEste conocido modismo podemos encontrarlo también en la forma ‘no saberse de la misa la mitad’ y sus orígenes se remontan al siglo XVI.
Por aquel entonces muchas eran las parroquias que atender (la mayoría muy distanciadas las unas de las otras) y muy pocos los sacerdotes disponibles para llegar a todas y oficiar la correspondiente misa.


Fue por ello que comenzó a echarse mano de los clérigos que, aunque estaban un escalafón por debajo de los sacerdotes o incluso sin ordenar,  podían realizar tareas como la de celebrar una misa. Pero claro, eran tiempos en las que éstas se impartían en latín y no todos los diáconos tenían los suficientes conocimientos del idioma, por lo que solían aprenderla de memoria y la recitaba de carrerilla.
Esto provocó infinidad de situaciones en las que por algún motivo podían ser interrumpidos, perdían el hilo o una mínima distracción les hacía quedar en blanco y no saber cómo continuar, lo que dio a que naciera la expresión ‘no se sabe de la misa la media’ en clara referencia a lo poco preparados que iban estos clérigos.
Como nota curiosa, cabe destacar que éstos también eran conocidos como ‘clérigos de misa y olla’, debido a que por su escasa preparación tan solo tenían facultades para oficiar la misa y comer.


Se me ha ido el santo al cielo

Cuando alguien dice que se le ha ido el santo al cielo es que se le ha olvidado algo, ya sea algo que tenía que hacer o algo que iba a decir. Otro caso en el que se puede escuchar esa expresión y que, según parece, se acerca más al origen de la expresión, es cuando alguien va a decir algo y de repente se queda sin saber qué decir.



Al verle así la otra persona, le pregunta ¿qué querías decir?, a lo que el primero responde: “ay, no lo sé, se me ha ido el santo al cielo”, o lo que es lo mismo, se le ha olvidado lo que iba a decir.
Según parece, la expresión de hoy proviene de que durante una misa un predicador hacía alusión a la historia de algún santo cuyo nombre olvidó en aquel momento y para solucionarlo dijo: se me ha ido el santo al cielo (como el santo no se quedó con él hasta terminar su sermón sino que salió de su mente, por eso dijo que se le había ido el santo al cielo).



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