El paraíso de mammón o la economía de mercado.
Los hombres fabricaban primero lo que necesitaban para vivir pero a
principio del presente siglo esta norma empezó lentamente a olvidarse. Los años 20 conocieron una avalancha de productos hechos en serie que inundaron el mercado la producción de objetos superaba con creces las necesidades reales de la población. la antigua norma ya no servía, había que despertar en los posibles consumidores el deseo por aquellos productos que la industria generaba en grandes cantidades aunque no fuesen estrictamente necesarios para vivir. Aparecieron así las técnicas del marketing: La comercialización de la producción. La publicidad se volvió imprescindible para crear en los compradores la convicción de la indispensabilidad de tal o cual producto.
Hoy ya no basta con satisfacer las necesidades de los mercados existentes, sino que es menester crear nuevos mercados; ya no se trata de vender lo que se fabrica, sino de fabricar lo que se vende. Y para lograrlo hay que dar facilidades de todo tipo: créditos, plazos, compre ahora y pague después, dos el precio de uno etc. Se inventan necesidades ficticias a las que se etiqueta con silogismos que parecen verdaderos, Nunca lo son, para convencer y lograr la venta.Todo un universo de actitudes, valores y modos de entender el trabajo, el dinero y la propia existencia humana.
Bajo la máscara multicolor del placer consumista se esconde una oscura deshumanización de la sociedad y el propio hombre. La acomodación Al bienestar por 12 personas que se acomodan y se habitúan a vivir bajo el amparo del Estado- Providencia. Lo que debía de ser un beneficio y alegría para la sociedad se toma en maldición para el ser humano porque elimina La motivación laboral y fomenta el paro deseado. Sí la protección de la seguridad social y los subsidios de desempleo cubren las necesidades fundamentales de las familias y permiten seguir manteniendo un cierto poder adquisitivo coma en muchos casos decimos no al trabajo, y posiblemente que lo hagan los demás. El individualismo y la insolidaridad se instalan en la base de la sociedad democrática carcomiendo sus cimientos al provocar la picaresca del despilfarro.
“ La posmodernidad es... el aplauso para el jacarandoso Mario Conde. En el país de tanto rey, príncipe y noble, todo ciudadano esconde lo que puede”. ¡¡¡PENOSO!!!
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