El poder del mando de la televisión.
El poder del mando de la
televisión.
De acuerdo con algunas investigaciones, hasta no hace mucho
tiempo en los hogares de familias tradicionales, en donde había sólo una
televisión, era el Padre la que tenía el control casi total de lo que se veía o
no en la televisión y quien imponía las normas. Sin embargo, en la actualidad
este hábito ha cambiado. Hoy en día, no sólo se encuentran hogares que tienen
más de un televisor, sino que además se ha incorporado el ordenador y se da la
posibilidad de poder ver el programa favorito en cualquier momento a través de
internet. En muchos hogares no sólo se ha dejado de considerar el ver la
televisión como un momento de reunión familiar, sino que cada uno accede a ver
su programa sin depender de los demás. Por lo tanto, las nuevas tecnologías
también han influido enormemente en la forma de relacionarse de los miembros de
una familia de la manera en la que gestiona sus tiempos y espacios.
Vivimos en la era de las nuevas tecnologías y todos
dependemos en mayor o menor grado de ellas. La gran mayoría de las personas
tienen en la actualidad acceso a internet, correo electrónico o forman parte de
alguna red social y poseen un teléfono móvil que facilita el estar conectados
con los demás. Hoy día, el concepto de la distancia relativo, ya que gracias a
estos sistemas tecnológicos tan avanzados podemos hablar en tiempo real con
amigos y familiares que están a miles de kilómetros, algo que no era posible
hace sólo un poco más de dos décadas. Las nuevas tecnologías han tenido un enorme
impacto no sólo en los sistemas de comunicación y de información, sino también
en la manera de trabajar y de vivir. Por ejemplo, la mayoría de las
transacciones y operaciones económicas a nivel global, como el mercado de la
bolsa, se realizan informáticamente. Asimismo determinadas cirugías médicas y
lleva a cabo con sistemas robótico, y muchas familias pueden hallar o incluso
localizar alguno de sus miembros a
través de internet o del sistema de GPS. Los avances científicos y tecnológicos
son cada vez mayores, más rápidos y más complejos y afectan nuestro día a día
lo queramos o no. Como resultado de la presión y de los cambios que ejerce
sobre nuestra vida, esos avances suscitan diferentes opiniones y posiciones al
respecto. Por un lado se encuentran los tecnófilos, y por otro, los
tecnófobos,. Los primeros se caracterizan por considerar los avances
tecnológicos como un medio muy útil y positivo para la humanidad. Mientras que
aportan sobre todo ventajas más que inconvenientes y no se imaginan el mundo
sin ellos. Por el contrario, los segundos se caracterizan por el expresar y
manifestar rechazo hacia los avances y sistemas tecnológicos. Consideran que a
raíz de ello la humanidad está sufriendo consecuencias negativas que impiden u
obstaculizan el desarrollo del individuo y la sociedad. Hoy en día los jóvenes
han crecido con los sistemas informáticos bajo el brazo, los Padres y los
abuelos también lo han aprendido e integrado como hicieron los antepasados
cuando se inventó el sistema telefónico o cuando se incorporó la televisión al
hogar familiar. Poco a poco se están creando normas de conducta respecto a la
utilización de estos aparatos electrónicos tan accesibles. Se dice que, desde
que tenemos todos estos avances tecnológicos móviles, ordenadores,etc. La
familia tiene menos contacto.
Ante esta premisa, descontrolada y desordenada. Se deben
encontrar nuevas normas y formas de convivencia, sin detrimento de nada o de
nadie. Puesto que sabemos que la persona tiene la capacidad de la plasticidad,
del cambio de hábito, y la posibilidad de readaptación: debemos de buscar un
punto intermedio ante esta enrarecida situación.
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