Chantaje emocional.
Chantaje emocional.
Todos podemos ser en alguna ocasión víctimas o ejecutores de chantaje emocional. Los chantajistas emocionales se caracterizan por manipular los sentimientos de otros para obtener un beneficio personal. Como si de una moneda de cambio se tratara, las personas que ejercen chantaje emocional utilizan y manipulan las emociones ajenas con el fin de controlar los pensamientos, la conducta y los sentimientos de otra persona.
Lo cierto es que es una práctica muy común, sobre todo en las relaciones cercanas y familiares.
El chantajista generalmente suele ser bastante habilidoso y conoce el poder de los sentimientos y del lenguaje verbal y no verbal. Transmite mensajes que ocultan entre líneas presiones, condiciones y consecuencias, como por ejemplo: “si me abandonas me moriré, me quitaré la vida por tu culpa” “ Si me quisieras de verdad no me dejarías solo, o sola”. La intención del chantajista es responsabilizar al otro de su propio comportamiento para así mantener su víctima atada, su vida y a su disposición. Las personas que emplean el chantaje emocional tienen distintos estilos de manipulación; algunos utilizan el desprecio o el castigo y otros usan los silencios, el distanciamiento afectivo y un comportamiento frío. En ocasiones su lenguaje no verbal, como la mirada los gestos, transmite desaprobación o Condena, pero en otras utilizan mensajes retorcidos y cargados de negatividad.
Vampiros emocionales.
Para protegerse de los vampiros emocionales son esenciales y básicas saber dos cosas.
- Mantener la atención en las propias fluctuaciones emocionales( confusión, inseguridad, ansiedad…).
- Saber identificar a los vampiros con claridad. Por ejemplo, a menudo después de estar en compañía de un vampiro emocional aparece un
- cierto grado de sentimientos de confusión, inseguridad y malestar. Ese malestar está lleno de sensaciones de dudas y ansiedad que hacen difícil distinguir las propias sensaciones.
De pronto es como si uno pudiera identificar con claridad lo que piensa o siente,” he estado con mi( padre, madre, hijos, hermanos, cuñados, suegros, compañeros de trabajo…) y siento que me pasa algo que no sé que es. Me noto extraño y mal, culpable, inferior, que no sirvo... pero no sé qué es y no sé porqué” .Estos suelen ser sentimientos habituales después de estar con un vampiro emocional.
Pero de lo que no cabe duda es de que mientras más nos conozcamos y mientras más seguros estemos de nosotros mismos, menos nos influyen los actos perversos de los vampiros emocionales. Por lo tanto, debemos confiar en nuestro instinto y ser nuestro propio aliado, ya que si no podemos caer en la trampa de convertirnos en nuestros propios vampiros emocionales.
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